(Programa de radio Siendo Consciente del 7 de abril de 2017)
La utilidad o no del Coaching y su legitimidad es un tema que he abordado en diversos foros y con varios Coaches de diferentes escuelas. Y a todos nos preocupa la trivialización, comercialización y hasta prostitución del término Coach.
¿Y de dónde vemos que vienen estos juicios sobre el Coaching? Hay personas que ofrecen cursos de superación personal con métodos coercitivos, he visto empresas que dicen formar Coaches en una o dos sesiones de unas cuantas horas o hasta en línea.
Debemos reconocer que el Coaching ganó terrenos que la psicología, peleó en las empresas por años sin mucho éxito y hoy llena un nicho en lo métodos que las personas buscan para encontrarse a sí mismas. Por lo todo lo anterior ha caído en un punto donde hay un precario equilibrio que se balancea entre, una manera real y efectiva potenciar el desarrollo personal y organizacional, y la charlatanería.
Basado en lo anterior me pregunto ¿Soy Coach?... O más bien ¿quiero ser Coach? Lo que Soy —y quiero ser— es una persona comprometida con la transformación personal. Y desde hace más de 25 años me dedico a ello. Desde la capacitación, la consultoría y el propio Coaching.
Esto me han llevado a crear un modelo Coaching al que llamo Siendo Consciente que sumado a otras técnicas y herramientas uso para acompañan a las personas en su proceso de ganar consciencia, a poner atención y darse cuenta, y con dicha consciencia a que modifiquen la manera en que ven las cosas y se hacen responsables de sus decisiones, todo con el principal fin de que construyan un mejor futuro para ellos y las personas que los rodean.
El Coaching es un medio —y poderoso— más no el único, es por ello que, siendo congruente con lo que soy —un comprometido con la transformación personal— no necesito que me llamen Coach. Indudablemente uso el Coaching y muchas herramientas más, pero no necesito el término “Coach”, con todo lo que lo ha manchado, se convierte más en un obstáculo para cumplir lo que estoy siendo y mi misión de vida, no tengo el más mínimo empacho en quitarme el título nobiliario de Coach —que no siempre abona al prestigio y sí muchas veces resta— y ser auténtico... aunque seguiré usando eso que yo, y muchas personas, dedicadas por años al desarrollo humano, llamamos Coaching y que, a mi juicio, considero honesto, profesional y útil.
Cuando busques un Coach recomiendo que cuestiones sobre su método y su ética, más que sobre sus estudios y conocimientos; pregunta y constata sobre su experiencia y casos de éxito, más que sobre sus credenciales y certificaciones; contacta con la persona desde tu instinto, más que dejarte llevar por su prestigio. Olvídate del título, su tarjeta de presentación puede decir “coach” o no, pero lo que considero realmente importante es que sea alguien humildemente comprometido con tu crecimiento personal o la de tus ejecutivos, dispuesto a tejer juntos soluciones a la medida, más que el experto o gurú que viene a mostrarte el camino con una agenda preestablecida.
Parece una moda, pero el coaching —con muchos otros nombres— siempre ha existido y estos Coaches, sin autonombrarse así, han sido un pilar del desarrollo de muchas personas y líderes a lo largo de la historia.
Con esto pretendo darte información y fundamentos para que veas al Coaching desde una perspectiva que te permita tomar la mejor decisión para elegir quién es la opción idónea que te acompañe en el proceso para potenciar tu desarrollo o el de tu organización. Para acompañarte a fluir cuando no ves la salida.
Aunque sin hacer referencia directa al coaching Jung dijo una frase que claramente describe a una persona que está comprometida con la transformación personal: "Conoce todas las teorías. Domina todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana."
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Por: Roberto G. Martinell
Psicólogo y Coach
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