(Programa de radio Siendo Consciente del 10 de febrero de 2017)
¿Qué tan bueno eres para adaptarte?
Tanto en el vestíbulo de la Academia de Ciencias de California como en una exposición consagrada a la paleontología en la Ciudad de las Ciencias de París aparece una frase atribuida a Charles Darwin:
"Las especies que sobreviven no son las especies más fuertes, ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor a los cambios".
Sin embargo, parece ser que en realidad Darwin nunca dijo esa frase como tal. Aún así me parece una frase ingeniosa y certera que me ayudo a darle título a este artículo y al programa de hoy.
Partimos del hecho de que ser el más apto no es un tema de fuerza o inteligencia sino de tu capacidad de adaptación para la cual la psicología a acuñado el término Resiliencia. Palabra dominguera que no quiere decir otra cosa sino la capacidad que tiene una persona para adaptarse de manera positiva a la adversidad.
La resiliencia puede tener componentes innatos, es decir, que nacemos con ella en mayor o menor cantidad pero más bien me parece que tiene un origen multifactorial, es decir, que tu entorno familiar, social y cultural también influye en cuán adaptable eres. Tu resiliencia esta determinada por tu conjunto de emociones y creencia que constituyen tu identidad, y si bien eso hace que tenga raíces profundas en lo que hoy estás siendo, producto de tu historia individual, la buena noticia es que es algo con lo que puedes trabajar y desarrollar con solo proponértelo de manera consciente.
¿Cómo reaccionas ante cambios que ocurren en el transcurrir de tu vida? ¿Qué ha pasado contigo cuando te has enfrentado a la pérdida de un trabajo, la terminación de una relación amorosa o la muerte de un ser querido? Y no pienses solamente en cambios que tradicionalmente calificamos como negativos, ¿cómo has enfrentado una promoción a un mejor puesto o el inicio de un noviazgo? La manera en que lo has hecho es un reflejo de tu nivel de adaptación o resiliencia.
Al investigar para preparar este tema me encontré, como parte de la definición que me mostró Google de manera automática al hacer la búsqueda, con una frase: "La resiliencia potencia la felicidad". No dice autor o fuente, pero como a mi me gustan las sincronicidades, no pude dejar de notar el poder de esta frase para construir estas ideas que les quiero compartir. No se trata de ser adaptable con el único fin de sobrevivir. El ser adaptable —o resiliente— es un factor clave para potenciar la felicidad. Y no me refiero a que nos dé la felicidad, esta no es algo que nos llegue desde afuera, incrementa la posibilidad de ser felices. Y siendo felices, siendo capaces de disfrutar lo que tenemos al tiempo que transitamos el camino que nos lleva a nuestro propósito.
Ahora bien, lo siguiente es saber cómo le haces para ser más resiliente, y lo primero es hacerte consciente de dónde estás hoy en tu capacidad de adaptarte. Te voy a plantear unas preguntas para que sientas y reflexiones sobre ello a fin de que lo hagas consciente:
¿Tienes confianza en tus fortalezas y habilidades?
Date cuenta de tu diálogo interior. Cuando hables contigo mismo que tus palabras sean aliento realzando aquello para lo que eres bueno. Ten confianza en tus habilidades y escucha tu instinto. Si te descubres descalificándote, detente y evita reprenderte por haberlo hecho —eso sería volver a descalificarte— y simplemente cambia tu dialogo enfocándolo hacia lo positivo.
¿Cómo eres conviviendo con tus emociones?
¿Les permites que salgan y convives con ellas o prefieres negarlas y vestirlas de racionalidad para mantenerlas “bajo control”? Eres un ser emocional, aún cuando hayas aprendido a no mostrarlas. Las emociones son energía que, te guste o no, saldrán por algún lado; si la reprimes buscarán salida en tu cuerpo a manera de dolencias o hasta enfermedades. Pero la buena noticia es que son energía —ni buena ni mala en sí misma—, usa dicha energía a tu favor, las emociones, todas, si las haces conscientes y convives con ellas, pueden ser adaptativas, y recuerda que el que sobrevive es el que más se adapta. O como prefiero decirlo, ser adaptable potencia tu posibilidad de ser feliz.
¿Qué tan bueno eres para comunicarte con el fin de encontrar soluciones?
Muchas veces te comunicas para imponer tus ideas o para encontrar al culpable y castigarlo. Otras, guardas silencio para preservar la paz aunque salgas perjudicado, “Calladito te ves mas bonito”. O bien, te alejas y no te involucras, no es asunto tuyo. Ninguna de estas maneras de comunicarte —y que son las que más frecuentemente vemos— tienen un enfoque a solucionar y estrechar relaciones, todas ellas las hacemos desde el no darnos cuenta, desde la inconsciencia. Cada que te vas a comunicar con otra persona pon atención; primero hacia adentro, hacia ti mismo, ten claro lo que para ti es importante, tanto en ideas como en sentimientos, eso será la parte central de tu mensaje. También pon atención en el otro, cómo se va a sentir, qué emociones tiene, y tienes que estar genuinamente dispuesto a escuchar sus ideas y emociones para que, juntos busquen un punto medio en el que encuentren las soluciones al tema que están tratando. Eso es ser adaptable, ya que juntos encontrarán nuevos caminos, co-creando nuevas realidades
¿Eres bueno haciendo planeas realistas e implementándolos?
Revisa tu pasado, cuántas buenas ideas has tenido y simplemente se han quedado en eso… buenas ideas. ¿Al planear has mantenido el equilibrio entre ser realista y a la vez ambicioso? Hay planes que matamos por que los consideramos demasiado soñadores aunque no lo fueran; otros se matan a sí mismos porque de origen eras inalcanzables y té te aferrasteaesa idea —que nació muerta— de que tenía que lograrse a toda costa. Busca el equilibrio entre realista y retador y ¡Traza un plan! Luego se disciplinado en su cumplimiento.
Estos cuatro elementos, tienen el fin de que desarrolles tu resiliencia, tu capacidad de adaptarte para no sólo sobrevivir sino para potenciar tu felicidad.
Los cuatro están basados en el modelo que desarrollé para acompañar a las personas en el proceso de ganar consciencia. En nuestro modelo Siendo Consciente.
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Por: Roberto G. Martinell
Psicólogo y Coach
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