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Siendoconciente Observa

 

 

Lo que te choca te checa, la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, Lo que tu hablas sobre mi, dice más de ti que de mí. Frases como éstas, que encontramos en muchas culturas alrededor del mundo, no son una simple coincidencia. Esta universalidad en el concepto detrás de cada frase me lleva a pensar que es muy probable que se trate de un concepto que, de alguna manera, es un común denominador de la raza humana.

La Psicología Analítica explica esto postulando que existen patrones invariantes y constantes presentes en todas las personas. Estos están detrás de nuestras conductas instintivas y de nuestros procesos mentales con los que explicamos o captamos lo que nos rodea, por lo que determinan la manera en que percibimos la realidad. A estos Jung les llamo Arquetipos, mismos que propone como las unidades básicas que conforman el inconsciente colectivo.

Si lo llevamos a las Neurociencias, sabemos que la manera en que nos comportamos, aprendemos o describimos lo que nos rodea depende las conexiones neuronales que tenemos o formamos en el cerebro. Desde esta perspectiva, ante la presencia de un arquetipo ciertas conexiones neuronales se replican en todos los seres humanos de manera parecida. Así las frases que mencioné al principio son un reflejo de un mismo arquetipo y la variación entre ellas es más de contenido, que cada cultura o persona le pone, que de forma que es igual en todos los casos ya que es un Arquetipo.

En este caso, el Arquetipo detrás de ellas es uno ampliamente estudiado y descrito por Jung, es uno de los arquetipos de desarrollo al que llamo la Sombra.

La sombra es el arquetipo que representa todo aquello que, aunque forma parte de lo que somos, lo consideramos demasiado malo o demasiado bueno como para reconocerlo en nosotros mismos y entonces lo proyectamos en alguien más.

Es un arquetipo de desarrollo ya que cuando lo comprendemos, cuando iluminamos la sombra, nos permite descubrir aquellas áreas de desarrollo que nos harás ser mejores. Nos conoceremos más a nosotros mismos, adquiriendo así mayor consciencia.

En los proceso de coaching tradicionales, se acompaña al coachee en la resolución de sus quiebres, es decir de aquellas situaciones que interrumpen el fluir de natural de su vida. Los quiebres se acompañan de emociones que generalmente se manifiestan de manera destructiva. Muchos coaches, sin saberlo, se enfrentan con la Sombra del coachee y sin proponérselo trabajan con ella.

En el modelo de coaching que he desarrollado al que llamamos Neuroplasticidad Consciente, formamos coches que adquieren herramientas para mostrar al Coachee la sombra que acompaña a todo quiebre. En este caso los Coaches favorecen que la persona descubra cómo iluminar su sombra y así llevarlo a descubrir lo que está detrás de su arquetipo de desarrollo, a tener una revelación arquetípica que lo llevará a un nivel más profundo de consciencia.

¿Cómo trabajar con tu sombra?

Descubre aquello que te molesta sobre manera de los demás. Haz una lista de ello. Ahora identifica aquellas tres características que te resultan más insoportables. Seguramente esas son características que describen lo que estás siendo en este momento y que puedes trabajar en ellas. Te has hecho más consciente.

Repite este ejercicio con las características que admiras de los demás, esas que te parecen maravillosas y lejanas a ti. Identifica las tres más sorprendentes y ahora búscalas en ti y descubre cómo puedes aprovecharlas. Te has hecho más consciente.

Ganar consciencia no es tan complejo, se trata simplemente de poner atención. La sombra está en el sentido del humor, presta atención a lo que te hace reír porque generalmente nos reímos de nuestra sombra.

Si tienes un quiebre y lo sacas a la luz invariablemente éste producirá una sombra. Trabajar con la sombra te genera consciencia y aunque muchas veces puedes hacerlo sólo en otras ocasiones puedes requerir de un coach, de preferencia uno que cuente con herramientas para que te acompañe a iluminar tu sombra.

Busca tu sombra, gana consciencia, confróntala e ilumínala. Recuerda que la sombra nos genera emociones no adaptativas, te dará terror o ira, euforia o profunda tristeza, pero si al descubrirla te permites sorprenderte ante su presencia seguramente sentirás alegría y dirás ¡Ahí está mi sombra! Llego la hora de ganar consciencia y transformarme.

 

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Por: Roberto G. Martinell y Claudia L. Nájera
Psicólogos y Coach