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retroalimentacion

 

 

La retroalimentación no es compleja en si misma, más es uno de los diálogos más difíciles para la mayoría de las personas.

Comenzaré por describir qué es la retroalimentación, o feedback como se le llama en inglés y que se refiere, si lo traducimos directamente a alimentar (Feed) nuevamente (Back). El Diccionario de la real academia española no aparece como tal este término, pero sí viene realimentación y realimentar referido como:

1. tr. Electr. Alimentar un sistema o circuito mediante el retorno de una parte de su salida. Real Academia Española. (2014)1

La realimentación o retroalimentación es un término usado en ingeniería, economía, y biologíapara referirse al mecanismo mediante el cual una cierta proporción de la salida de un sistema es redirigida a la entrada, con señales de controlar su comportamiento.

Este es adoptado también en la psicología, pedagogía y el management para referirse a una conversación en la que se comparten con otra persona opiniones, juicios fundados sobre su comportamiento y el efecto de dichos comportamientos en sus resultados, acompañados de lo que, a juicio de quien entrega la retroalimentación, son aciertos y errores, así como fortalezas y debilidades. La idea es que esta persona que recibe la retroalimentación tome la información que recibe con el objeto de modificar aquellos comportamientos que no están siendo efectivos, incorpore nuevos comportamientos y/o mantenga aquellos que le han dado resultados positivos.

¿Qué hace entonces tan difícil este proceso que es poco complicado?

Comenzaré el análisis partiendo de que es un acto de comunicación y como tal, de acuerdo con el modelo que cree, esto implica que sea un acto de consciencia, y es aquí donde comienza a dificultarse.

¿Qué demanda de ti el involucrarte en un proceso de comunicación?

Requiere de un fuerte de nivel de autoconsciencia, así seas quien da la retroalimentación o quien la recibe. Comienza por darte cuenta de que lo que observas es tu propia interpretación de los sucesos y que no eres poseedor de la realidad absoluta. Simplemente es una versión de cada situación.

Como retroalimentador eso te llevará a darte cuenta de que para hacer que tus juicios u opiniones sean fundados deberás compartir ejemplos y comportamientos observables, de ser posible basados en datos que sustenten lo que dices.

Como retroalimentado, escucha con humildad la opinión del otro, asume que, aun cuando es probable que esté equivocado, la razón para darte retroalimentación es para que mejores. Por especial atención a los ejemplos y abre tu mente a la posibilidad de que seas tú quien esté, si no equivocado, sí dejando de ver otras perspectivas y es justo de eso de lo que trata la retroalimentación, de llevarte a ver tu comportamiento desde otros ángulos.

¿Y cuál es un buen método para un diálogo de retroalimentación?

Comencemos por el tipo de información que compartes. Incluye detalles y datos precisos que disminuyan tanto como sea posible la posibilidad de duda de a qué te refieres. Siempre refiere aquello que puedas ver o escuchar, comportamientos. Evita compartir lo que imaginas. “Cuando Alicia se enojó seguro pensaste que…” es algo que imaginas. “Te quedaste callado cuando Alicia levantó la voz y luego le gritaste más fuerte…” es observable.

Ahora vayamos a un método simple que te ayude a hacerlo más sencillo. Hay varios muy útiles, pero ahora te recomendaré uno que considero especialmente útil y lo llamo STOP/START/CONTINUE o en español, dejar de hacer, comenzar a hacer y continuar haciendo.

STOP (Dejar de hacer)

Comienza el diálogo de retroalimentación describiendo con detalle la situación y en seguida comparte comportamientos que consideras que debe evitar quien retroalimentas. Al recibir esta información escucha con humildad y atención y toma nota de lo que descubres que quieres cambiar para ser más efectivo.

START (Comenzar a hacer)

El retroalimentador da ejemplos de lo que, desde su perspectiva, recomienda que haga la persona en situaciones similares. No todo lo que se recomienda le puede resultar útil, pero asumir que todo lo sabes y no puede enseñarte nada nadie, puede hacerte perder una oportunidad muy valiosa de crecer y transformarte. Es importante que estos ejemplos sean nuevamente referidos a comportamientos concretos que la otra persona pueda ejecutar. “Cuando te griten como lo hizo Alicia dile, sin levantar tu voz, con tacto que no te hable de esa manera.”

CONTINUE (Seguir haciendo)

Al sostener un diálogo de retroalimentación también habla de aquellos comportamientos que consideras productivos y que recomiendas que continúe haciendo. Esto hace que haga conscientes dichos comportamientos con lo que les pondrá atención y será más probable que los repita. Notar lo que haces bien te ayuda repetirlo conscientemente. “Guardar silencio como lo hiciste con Alicia mientras hablaba te ayuda a escuchar y, a disminuir su enojo” Junto con los hechos es válido que compartas una opinión basada en tu experiencia de cómo impacta ese comportamiento en la efectividad.

Como ves, la retroalimentación es un diálogo en el que simplemente pones atención a lo que dices y cómo lo dices, en el que haces referencia a hechos observables y te guardas lo que infieres o imaginas. Es, de todas las conversaciones que tienes, una de las que demanda mayor consciencia. Y tener en mente una estructura te ayudará a que tus retroalimentaciones sean diálogos realmente productivos.

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1Real Academia Española. (2014). Realimentar. En Diccionario de la lengua española (23.a ed.). Recuperado de http://dle.rae.es/?id=VHDVEsQ 

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Por: Roberto G. Martinell y Claudia L. Nájera
Psicólogos y Coach